Victoria de la Verdad de Rubens |
Hay que percibir a la razón que la verdad es muy valiosa y que el aprecio de los demás no es deseable si exige renunciar a ella. Este amor a la verdad, por encima de otros bienes que también nos atraen, es precisamente lo que denominamos sinceridad. En cambio, si el afán por quedar bien es más fuerte que la atracción de la verdad, es fácil que la razón se engañe, y, aun sabiendo que eso no es bueno, juzgue conveniente mentir. Así, aunque sepamos perfectamente que no se debe mentir, consideramos que en este caso nos conviene hacerlo.
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