La Conferencia del Episcopado Mexicano ha exhortado a “no aceptar la explotación”, y a “no acostumbrarse al sufrimiento” que causa la trata de personas. Advierte que la trata de personas es “un delito de lesa humanidad que ocupa el segundo lugar en la lista de crímenes transnacionales, situado después del tráfico de drogas y armas”, pero está próxima a ocupar el primer lugar por las increíbles ganancias.
“La prostitución, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud como la mendicidad, la servidumbre o la extracción de órganos; la utilización de personas menores de 18 años en actividades delictivas, o su adopción ilegal; el matrimonio forzoso o servil, entre otros. 30 % de las víctimas de la trata son niños, un 70 % son mujeres y niñas, y alrededor del 90% de todos los casos tiene por fin la explotación sexual femenina, privándolas de su identidad y dignidad”, afirmaron los obispos.
Mendicidad forzada, un fin más de la trata de personas |
Los tratantes “son personas sin escrúpulos que pueden vivir muy cerca, conocidos o desconocidos, amigos y hasta familiares, siempre van a aprovechar la situación de vulnerabilidad de las aspiraciones económicas, emocionales, familiares o sociales de sus víctimas para lograr engancharlas”.
La Conferencia del Episcopado Mexicano indica que los tratantes engañan y manipulan al mostrarse como personas amables y con buena posición económica, pero también usan métodos violentos para someter a sus víctimas.“En la industria de la pornografía, mujeres y niños son obligados a trabajar sexualmente” y a participar en actos cada vez más violentos. Esta industria pornográfica con fines de lucro genera anualmente 13.000 millones de dólares”, señalaron.
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