El padre Ho Lung, fundador de los Misioneros de los Pobres dice de las personas con síndrome de Down que son, “por definición, amor”. “Viven del amor y viven para amar. Son naturaleza humana elemental y básica, en toda su belleza y simplicidad. Sabemos que, si alguien tiene un hijo con síndrome de Down, puede estar seguro de que la alegría, la risa y el amor les han sido concedidos por Dios como una gracia especial. En las personas con síndrome de Down no hay ambición, ni afán de poder, ni vanidad, ni falsedad, ni hipocresía”.
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