En una dictadura como Venezuela no se puede usar las elecciones como instrumento para un cambio político significativo. Simulan elecciones sólo con el propósito de aparentar ser democráticos. Pero estas elecciones son simples plebiscitos rigurosamente controlados, para obtener la aprobación pública de los candidatos escogidos por el dictador. De cuando en cuando, debido a la presión internacional, acepta nuevas elecciones, pero éstas están manipuladas para colocar marionetas civiles en los puestos de gobierno. Si a los candidatos de la oposición se les hubiera permitido concurrir a las elecciones, y hubieran sido electos, los resultados serían simplemente ignorados y los supuestos vencedores habrían estado sujetos a intimidación, arrestados o hasta ejecutados. Nicolás Maduro no está interesado en unas elecciones que puedan apartarlo de su trono.
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