Canales de comunicación. |
Contrariamente a lo que reza un mito muy aceptado entre los actores políticos, los usuarios de los canales de comunicación se cierran en banda a mensajes que se ajustan a su propio interés personal cuando estos proceden de emisores tildados a priori de pertenecer a la categoría del “ellos” y que, como tales, están marcados a priori como enemigos “nuestros”.
“Las personas no votan necesariamente en función de su interés particular, nos advierte Lakoff, votan según su identidad. Votan según sus valores. Votan a aquellos candidatos con quienes se identifican. Puede que estos se correspondan también con su interés particular. Eso es algo que puede pasar. No digo que las personas no se preocupen nunca por su propio interés particular. Pero votan según su identidad. Y si su identidad coincide con su interés particular, eso será lo que votarán. Es importante que esto se entienda”. Si no lo entendemos, añade él, nos parece que “los hechos tan pronto vienen como se van sin que nadie les haga caso ni los acepte como tales hechos, o (cuando nos parece) que incluso nos confunden. ¿Por qué iba nadie a decir algo así?, nos preguntamos. Entonces tildamos el hecho de irracionalidad, locura o estupidez”, y hacemos extensivo ese calificativo a quienes lo hayan dicho, “suponiendo que no llevaran ya ese calificativo encima antes de hablar” .
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