En vísperas de la crisis financiera de 2008, la mayoría de los economistas profesionales predicaban a voz en cuello que los mercados rara vez se equivocan y que la economía moderna sabe cómo planchar esas pocas arrugas que los mercados pueden tener de vez en cuando. Robert Lucas, ganador del premio Nobel de Economía en 1995 (R. Lucas, Macroeconomic priorities, American Economic Review), afirmó en 2003 que “el problema de la prevención de las depresiones ya ha sido resuelto”. Así pues, la crisis financiera mundial de 2008 cogió totalmente por sorpresa a la mayoría de los economistas. Y no solo eso, tampoco han podido encontrar soluciones viables a los constantes coletazos de dicha crisis.
Pero estas manifestaciones de Robert Lucas no le habría causado la menor sorpresa al fallecido John Kenneth Galbraith (1908-2006), quien alguna vez afirmó con sarcasmo que “la única función de los pronósticos económicos es hacer que la astrología parezca respetable”.
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