Escribe Lawrence Lovasik que Dios te ha dado una boca y dos oídos, lo que indica una proporción de dos a uno, que debe valer también para el hablar y el escuchar. La lengua bien equilibrada siempre va más lenta que la cabeza. La persona que repite la mitad de lo que oye ya habla demasiado. Que este sea tu lema, en privado, vigila tus pensamientos; en familia, tu carácter; y en compañía, tu lengua.
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