jueves, 17 de junio de 2021

Se pasan la vida promulgando leyes nuevas


—Así que —dijo Meg, afanándose exultante con el cesto— ahora mismo voy a extender el mantel, porque he traído los callos en un cuenco atado con un pañuelo, y si por una vez me apetece sentirme orgullosa y considerarlo un mantel y llamarlo mantel, no hay ley que me lo prohíba, ¿verdad, padre? —No, que yo sepa, cielo —contestó Toby—, pero se pasan la vida promulgando leyes nuevas. —Y, según lo que leí para ti el otro día en el periódico, padre, ya sabes, lo que dijo el juez, nosotros, los pobres, tendríamos que conocerlas todas. ¡Ja, ja! ¡Qué equivocados están! ¡Válgame Dios, qué listos nos consideran! (Charles Dickens).


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