Dado que el privilegio de elegir es solo de la madre, no debe pagar su error con su hijo. La madre tiene derecho a elegir al progenitor, a elegir si tendrá el hijo o no, a elegir el momento, pero no tiene derecho a dejar a su hijo sin padre. Cuando estas mujeres les hablan mal a sus hijos de sus respectivos padres y familias, les están diciendo que su 50% está mal o es malo. ¿No os dais cuenta? Les roban de un plumazo su media identidad. Desde luego, los que no pudieron elegir al padre que hoy tienen fueron ellos. Siempre ellos, los niños. Los perdedores en todas las guerras, escribe Carmen Serrano.
Una madre de verdad, no una simple progenitora, le diría a su hijo: “Estoy totalmente convencida de que papá te quiere con toda su alma. Nunca lo dudes, cariño”. Éste es uno de los mejores regalos que le podemos hacer a nuestros hijos, tanto si estamos separados como si no.
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