domingo, 25 de octubre de 2020

La vanidad corrompe los mejores corazones

La vanidad corrompe los mejores corazones…“¡Ah, la vanidad! Es mi pecado favorito”, dice “el demonio”, personificado por Al Pacino, en la película “El Abogado del Diablo”; refiriéndose a Keanu Reeves, “el abogado” (Kevin Lomax), “hijo del diablo”, quien ha vencido la tentación de saberse el hombre más poderoso del mundo, quien nunca pierde un juicio, “yo no pierdo”, “nunca pierdo”, “yo gano”. Pero, al fin, sucumbe al pecado, incluso renunciando a convertirse en el padre del anticristo mediante truculento incesto con su hermana; cuando, en súbita vuelta a la realidad, no resiste a la propuesta de acudir a una cita con un reportero famoso (el mismo demonio encubierto), para presentarse en exclusiva, dentro de horario estelar y en cadena nacional. 


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