sábado, 3 de octubre de 2020

La sangre de San Genaro

El 19 de septiembre se celebra la fiesta de San Genaro, obispo, mártir y patrono de Nápoles. Tradicionalmente, en este día y en otras dos ocasiones al año, ocurre la licuefacción de su sangre. La masa de sangre reseca rojiza, adherida a un lado de la ampolla, se convierte en sangre completamente líquida, llegando a cubrir todo el vidrio de las dos ampollas que se encuentran en la Capilla del Tesoro de la Catedral de Nápoles. La sangre del santo se licúa tradicionalmente tres veces al año. En recuerdo de la traslación de sus restos a Nápoles (el sábado anterior al primer domingo de mayo), en su fiesta litúrgica (19 de septiembre) y en el aniversario de su intervención para evitar los efectos de una erupción del volcán Vesubio en 1631 (16 de diciembre). Se han realizado varias investigaciones para encontrar una explicación científica que responda a la pregunta sobre cómo algo sólido puede llegar a licuarse repentinamente, pero no se ha encontrado ninguna respuesta. 

San Genaro

Cuando la sangre no se ha licuado, los napolitanos toman el hecho como un augurio de desgracias. La sangre no se licuó en septiembre de 1939, 1940, 1943, 1973, 1980 y tampoco en diciembre de 2016. La reliquia también permaneció sólida el año en que Nápoles eligió a un alcalde comunista, pero se licuó espontáneamente cuando el fallecido Arzobispo de Nueva York, Cardenal Terence Cooke, visitó el santuario de San Genaro en 1978. En el año 2015, mientras el Papa Francisco daba algunos consejos a los religiosos, sacerdotes y seminaristas de Nápoles, la sangre se licuó.


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