Cuenta David Le Breton, profesor en la Universidad de Estrasburgo, en su libro “Elogio del caminar” que si bien caminar ya no es considerado por la práctica totalidad de nuestros contemporáneos como un medio de transporte, incluso para los trayectos más elementales que se puedan concebir, triunfa como actividad de recreo, afirmación de uno mismo, en busca de la tranquilidad, del silencio, del contacto con la naturaleza. rutas, popularidad de los clubes de senderismo, de los antiguos caminos de peregrinación, especialmente el de Santiago, recuperación del paseo, etc.
Algunos caminan unas pocas horas en el fin de semana o en sus ratos libres, otros preparan rutas de varios días, durmiendo en refugios o albergues entre etapa y etapa. Se camina porque sí, por el placer de degustar el tiempo, de dar un rodeo existencial para reencontrarse mejor al final del camino, de descubrir lugares y rostros desconocidos, de extender corporalmente el conocimiento de un mundo inagotable de sentidos y sensorialidades, o simplemente porque el camino está allí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario