La imagen de la abuela de Iasi, a quien conoció durante el viaje a Rumanía en 2019, con el rostro sonriente y un nieto de unos meses en brazos, quedó tan grabada en la memoria del papa Francisco que hizo imprimir su foto. Se trata de una tarjeta creada por el propio Pontífice, que se ha distribuido a todos los obispos, jefes de dicasterio, colaboradores e invitados recibidos en las audiencias en el Palacio Apostólico.
Lo escribió Vatican Insider resaltando cómo para el Papa es una ayuda para recordar la importancia de la relación entre jóvenes y ancianos. La foto, publicada el año pasado por Vatican News y ahora impresa por Lev, muestra a la anciana sonriente con un pañuelo en la cabeza, sosteniendo a su nieto de unos meses, envuelto en un mono azul.
Mientras el papamóvil pasaba entre la multitud, con motivo del encuentro con los jóvenes y las familias en la Plaza del Palacio de la Cultura de Iasi, la abuela levantó al niño por encima de las barreras para mostrárselo a Francisco.El Papa le devolvió la mirada y se conmovió. Lo había confesado él mismo en el discurso brindado unos minutos después a los jóvenes rumanos."Había una anciana, bastante mayor, abuela. En sus brazos tenía a su nieto, más o menos de dos meses, no más. Cuando pasé a su lado ella me lo hizo ver. Sonreía, y sonreía con una sonrisa de complicidad, como diciéndome: '¡Mira, ahora puedo soñar!'. En ese momento estaba emocionado y no tuve el valor de ir a traerla aquí adelante", dijo el papa. "Los abuelos sueñan cuando los nietos avanzan, y los nietos tienen coraje cuando toman las raíces de sus abuelos".
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