La discriminación salarial entre hombres y mujeres sin cargas familiares está extinta. Hoy en día la brecha salarial depende de si las personas están casadas o no y si tienen hijos o no según un estudio de la Universidad Pública de Pensilvania. Ahora los que tienen mejor trabajo y reciben más alta remuneración son los hombres casados y sin hijos y las que salen perdiendo son las mujeres con hijos.
Una de las conclusiones del estudio es que la brecha de ingresos se ha reducido gracias a la obtención de méritos académicos de las mujeres. Hoy el problema está en que hacemos con los niños y la conciliación.
Iceland y Redstone apuntan que la paridad entre hombres y mujeres solteros y sin cargas se debe más al declive en los salarios de los hombres que al aumento de los salarios femeninos.
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