La mujer cuida al amor y trata de mantenerlo vivo en ella y en su hombre, manifiesta el catedrático de sociología Francesco Alberoni. La mujer es artífice de una continua transfiguración de sí y de su casa. Quiere que haya siempre algo nuevo, agradable, para sí y para el amado. Algo que le haga exclamar qué bien, qué maravilla. Causar emociones siempre. Todos los días, todos los días del año, una emoción.
Y añade Alberono que la mujer, cuando inicia una relación amorosa que le interesa, pone una energía increíble en preparar la casa, en hacerla atractiva, confortable, de manera que su hombre encuentre ahí la felicidad y la vida. Si no tiene casa propia, se la hará prestar, inventará otros métodos. La casa, el nido es, de todos modos, una de sus preocupaciones fundamentales.El nido no está hecho sólo de objetos, telas, colores, atmósfera, luces. También está hecho de hospitalidad. También la hospitalidad es revelación.
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