El emperador Naruhito fue proclamado nuevo soberano de Japón, en una ceremonia solemne en el Palacio Imperial de Tokio. La ceremonia de transición tuvo la solemnidad que implica la tradición para el ascenso de Naruhito al trono del Crisantemo, un ritual repetido desde hace miles de años. El emperador Naruhito apareció en público con toda su pomposidad en el trono real, usando una túnica tradicional del siglo IX. En un trono adyacente, y más pequeño, estaba la emperatriz Masako, vestida con un kimono tradicional multicolor.
La cadencia grave de un gong marcaba los ritmos de la ceremonia solemne, cuya duración no superó los 30 minutos, mientras los invitados observaban inmóviles el ritual a través de una ventana de cristal. "Anuncio mi coronación al pueblo japonés y al mundo entero", dijo Naruhito en su mensaje."Me comprometo a respetar la Constitución, cumpliendo las responsabilidades como símbolo del Estado y de la unidad de mi pueblo", agregó. El emperador, de 59 años, sucedió a su padre, Akihito, después que éste había expresado su voluntad de renunciar al trono a causa de su avanzada edad.
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