Nicolas Sartorius en su libro "La manipulación del lenguaje" cuenta que “a lo largo de una dilatada actividad política fui comprendiendo mejor algunas cuestiones referentes al uso del lenguaje y sus efectos. La primera fue que, en política, las palabras son “hechos”, tienen sus propia densidad “física” y sus efectos pueden ser beneficiosos o catastróficos”.
“A lo largo de la historia, palabras habladas o escritas han provocado o impulsado guerras, matanzas, levantamientos, pronunciamientos o quiebras, pero también los hechos más positivos y las expresiones más extraordinarias de la mente humana. No es verdad, por lo tanto, que como se dice vulgarmente 'las palabras se las lleva el viento'. Muy al contrario, son como rocas o piedras que pueden provocar auténticos aludes o sostener sólidas arquitecturas políticas”, escribe el político español.
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