A los animalistas les ocurre lo que el novelista británico Gilbert Chesterton afirmaba de Lord Yvywood, aquel personaje sin par, político vegetariano, que se movía por las páginas de uno de sus libros La taberna errante: “A lord Yvywood, aseveraba Chesterton, no le interesaban los perros; lo que sí le interesaba era la causa de los perros”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario