Para los españoles del Siglo de Oro el principal objetivo de la vida del español era su salvación espiritual. El pícaro oía misa cuando se dirigía a cometer uno de sus despreciables crímenes, y el alcahuete, el chantajista, el asesino a sueldo, al ser heridos en una pelea, clamaban frenéticamente por un sacerdote que los absolviera. El propio Don Juan, el burlador, cuando las iracundas manos de la estatua se cerraron en torno a su cuello, suplicó una breve tregua para poder ponerse en paz con Dios. Los españoles consideraban la Iglesia católica como la patria de sus almas.
Paul Claudel y su hija Reine Clauel, |
Hoy en día, dice el poeta francés Paul Claudel, la desnudez de algunas iglesias es “la manifestación al exterior de nuestros pecados y defectos: debilidad, indigencia, timidez en la fe y en el sentimiento, sequedad del corazón, falta de gusto por lo sobrenatural”.
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