lunes, 1 de octubre de 2018

El populismo.


The Economist contaba que la palabra “populismo” significaba muchas cosas. Servía para caracterizar al comunista español Pablo Iglesias, líder de Podemos, al violento presidente filipino Rodrigo Duterte, inductor de las ejecuciones de cientos de personas acusadas de narcotráfico, o incluso a Evo Morales, presidente de Bolivia y portavoz de los cocaleros de su país, lo que lo hubiera convertido en víctima de Duterte si hubiera sido filipino. 

El populismo, dice Montaner, no es exactamente una ideología, sino un método para alcanzar el poder y mantenerse en él. El populismo le sirve a la derecha y a la izquierda, a ciertos conservadores y a los comunistas. Incluso, pueden recurrir a él formaciones democráticas dispuestas a ganar y perder elecciones, como sucede con el peronismo argentino o el PRI mexicano, u otras, como el chavismo venezolano, que lo utilizan para alcanzar el poder y, una vez encumbrados, se afianzan contra todo derecho en la poltrona presidencial y arman verdaderas dictaduras.

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