Decapitación de Carlos I. |
En el Reino Unido ningún rey puede penetrar dentro de la Cámara de los Comunes desde que Carlos I entró en ella con la pretensión de detener a varios diputados, lo cual dio origen a la guerra civil que acabó con la decapitación del rey.
Cámara de los Comunes |
En la Cámara de los Comunes no existe un reglamento determinado de turnos para tomar parte en los debates, ni puede levantarse nadie a pedir la palabra. El hecho de que un diputado hable o no depende totalmente de la voluntad del speaker, al que para que le autorice a uno a hablar hay que “captarle la mirada” (catch his eye). Mientras el speaker no responda a las insinuaciones de un diputado, el diputado no puede hablar, aunque reviente.
Protestar contra el speaker, cuyo trono está circundado por una zona semisagrada que ningún diputado puede traspasar, ni aun inadvertidamente, sin incurrir en sacrilegio parlamentario, constituiría una osadía que no se le ocurre siquiera a ningún diputado. Por uno de esos convencionalismos sobre los que los ingleses tanto gustan de montar su vida pública, el speaker dentro de la Cámara es como el rey, según la Constitución: «No puede errar». Honi soit qui mal y pense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario