La envidia es de todas las pasiones la única que solo proporciona dolor y no conlleva ninguna recompensa para el hombre. Lejos de ser gratificante, como la lujuria o la soberbia, acrecienta la miseria. Es como un gusano que corroe y destruye la paz del alma y la salud del cuerpo. Llena el corazón de abatimiento. Hace a sus víctimas malhumoradas, tristes e inaccesibles.
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