Si, como no puedo por menos de sospechar,dice Lewis, el muerto también sufre el dolor de la separación (y debe ser éste el mayor purgatorio de sus padecimientos), eso quiere decir que para ambos amantes, y para todas las parejas de amantes sin excepción, el duelo forma parte integral y universal de la experiencia del amor. Es una continuación del matrimonio, de la misma manera que el matrimonio es una continuación del noviazgo o que el invierno es una continuación del otoño. No se trunca el proceso; es una de sus fases. No se interrumpe la danza; es la postura siguiente. Mientras el ser amado está aquí todavía, vive uno fuera de sí.
Luego viene la trágica postura de la danza, y tiene uno que aprender a seguir estando fuera de sí, aun careciendo de esa presencia corporal, aprender a amar a la Ella verdadera, en vez de retroceder a amar nuestro pasado, nuestra memoria, nuestra pesadumbre, nuestro alivio de la pesadumbre, nuestro propio amor.
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