Sir Francis Galton. |
La obra de Galton “Herencia y eugenesia”comienza con las siguientes palabras:”Pretendo demostrar en este libro que las capacidades naturales del hombre se derivan de su herencia, del mismo modo y bajo las mismas limitaciones que la forma y los rasgos físicos de todo el mundo orgánico. En consecuencia, de la misma manera que es fácil producir a través de una cuidadosa selección una línea permanente de perros o caballos dotados de una peculiar capacidad para correr o para hacer cualquier otra cosa, sería bastante factible producir una raza de hombres altamente dotados a través de matrimonios concertados de forma racional a lo largo de varias generaciones consecutivas”.
Anticipándose así a Hitler, en su primer artículo sobre eugenesia del Macmillan's Magazine,Galton ponía como ejemplo especialmente desagradable de las disfunciones provocadas por “los hombres que nacen con tendencias innatas salvajes o anormales, extrañas al espíritu civilizado, los numerosos casos en Inglaterra donde la naturaleza indómita de los mestizos gitanos se afirma a sí misma con fuerza irresistible”.
Galton recomendaba, exactamente igual que lo había hecho Darwin, que “se actuase en profundidad sobre la capacidad natural media de una raza” a través de la regulación de la procreación. “Mi argumentación mostrará que la política más sabia es aquella que tenga como resultado retrasar la edad media del matrimonio entre los débiles y adelantarlo entre las clases más vigorosas”. En palabras más sencillas: las personas de alta cuna deberían procrear mucho más; las de baja estofa deberían procrear mucho menos, o nada en absoluto.
A medida que se multiplicasen “las personas de buena sangre, los menos dotados comenzarían a decaer en cualquier caso en el que entrasen en competencia con ellos (es decir, con los de buena crianza), exactamente de la misma manera que las razas inferiores siempre desaparecen ante las superiores”. Los inferiores serían tratados “con total amabilidad” siempre que se ajustasen a su forzoso celibato; sin embargo, si en el futuro empezasen a procrear, “tales personas serían consideradas enemigos del Estado, y habrían así renunciado a cualquier pretensión de trato amable”.
Hacia el final de su vida, Galton sostenía que la eugenesia era más amable y a la vez más efectiva que la selección natural. “La selección natural se apoya en la producción excesiva y en la destrucción en masa”, escribía en su autobiografía “Memories of my life", mientras que “la eugenesia se ocupa de no traer al mundo más individuos que los que pueden ser adecuadamente atendidos, y sólo aquellos con la mejor sangre”.
Hoy en día las concepciones eugenésicas están dirigidas a la eliminación de los incapaces a través del control de natalidad, concepciones de las que surgiría Planned Parenthood. Planned Parenthood ha llevado la visión eugenésica de Galton al siglo XXI, con su promoción del diagnóstico prenatal para localizar a los indeseables y del aborto para eliminarlos.
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