Según se manifiesta en informes elaborados por los expertos, la situación de los españoles para el periodo 2.018 al 2.020 será que el 30% de la población vivirá por debajo del umbral de la pobreza, el 30% cobrara por su trabajo el salario mínimo interprofesional y un 20% de la población será mileurista.
Los estudios realizados no presentan un futuro halagüeño, y sin embargo nadie toma medidas para que como ocurría con anterioridad, las generaciones presentes vivan peor que las futuras, y todos trabajaban para que sus hijos se encontrasen con mas posibilidades que sus padres y abuelos.
En este país vivimos sumergidos en la irrealidad. Creemos que por un milagro volveremos a estar igual que en épocas anteriores a la crisis,los adultos se comportan como si volviesen a la edad adolescente, las familias se rompen por el hedonismo que campea a sus anchas y los políticos no se cansan en llenar sus cuentas corrientes mas de lo que debieran.
No hay mayor desastre que vivir sumido en la irrealidad, ya que la vida continúa imparable y la capacidad humana para el autoengaño es increíble.
Algunas personas son muy hábiles para engañar a los demás, pero hasta los más embusteros se quedan en nada en comparación con las formas que cada uno de nosotros tenemos para engañar a nuestro propio yo. Estamos siempre totalmente dispuestos a adoptar la realidad cuando esta se ajusta a la manera en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo, pero cuando esa realidad no nos gusta, cuando nos enfrentamos a aspectos de nosotros mismos o de los demás que no estamos dispuestos a aceptar, acudimos a los más sofisticados mecanismos psicológicos de defensa para engañarnos, creyéndonos que podemos mantener con esos engaños la seguridad y la estabilidad(Jesús Sánchez Adalid)
Saber descubrir nuestras falsas ilusiones supone un enorme reto y un gran compromiso con la verdad y es el único medio de llegar a la meta que todos deberíamos desear.
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