Entre los prelados reformadores, que constituyeron en 1536 el Collegium de emendanda Ecclesia estaba el cardenal Gaspare Contarini que se esforzó, en vano, para establecer la unidad con los protestantes en la Dieta de Ratisbona, y que escribió: “La ley de Cristo es ley de libertad… No cabe llamar gobierno aquel cuya regla es la voluntad de un hombre dado por naturaleza al mal e impelido por innúmeras pasiones. ¡No! Toda soberanía es soberanía de la razón. Su objeto ha de ser conducir por el recto camino al recto fin, la felicidad a aquella que le están sometidos. La autoridad pontifical es, asimismo, autoridad de la razón. Un Papa debe saber que su autoridad se ejercita sobre hombres libres. Nunca debe mandar, prohibir o dispensar a su arbitrio; sino hacerlo según las reglas de la razón, de los divinos Mandamientos y del Amor: regla que todo lo conduce a Dios y al bien común”.
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