Umberto Eco. |
Umberto Eco señaló que las historias de los cómics funcionan un poco a la manera de sueños; se repite el mismo argumento básico una y otra vez, de manera obsesiva compulsiva; nada cambia, incluso si el telón de fondo de las historias pasa de la Gran Depresión a la Segunda Guerra Mundial y de ella a la prosperidad de posguerra; los héroes (ya sea Superman, Wonder Woman, Aguijón Verde o Doctor Extraño) parecen vivir en un presente eterno, sin envejecer, siempre fundamentalmente iguales. El argumento básico tiene la siguiente forma: un villano (quizás un capo mafioso, más a menudo un supervillano) se embarca en un proyecto de conquista mundial, destrucción, robo, extorsión o venganza. Alertan al héroe del peligro y se da cuenta de lo que está pasando. Tras pruebas y dilemas, en el último minuto, el héroe arruina los planes del villano. El mundo regresa a la normalidad.
Reaccionan a cosas, carecen de proyectos propios. O, para ser más precisos, en tanto que héroes, no tienen proyectos propios. Como Clark Kent, Superman intenta continuamente (y fracasa) meterse en la cama de Lois Lane. Como Superman, sólo reacciona. En realidad, los superhéroes parecen ser completamente carentes de imaginación.Los superhéroes casi nunca hacen, crean ni construyen cosas. Los villanos, en contraste, son incansablemente creativos. Están llenos de planes, proyectos e ideas.
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