Trescientos millones de cristianos viven en tierras de persecución, donde la fe no es un derecho a respetar. Veinte son los países en el mundo en los cuales llevar un crucifijo en el cuello puede ser discriminante. Un cristiano de cada siete corre riesgos cada día y alguna u otra forma de marginación además de hallarse en peligro. Así lo puntualiza la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre en un informe acerca de la persecución de los cristianos.
"Los cristianos son el grupo religioso mayormente perseguido", aclara ACS examinando los desarrollos en los 20 países que registran violaciones de los derechos humanos sufridas por los cristianos.La situación, desde 2017 a hoy, parece lejos haber mejorado y la lista de los países en los que los cristianos sufren se enriquece con naciones como Camerún, Burkina Faso y Sri Lanka. Los dos últimos representan para el director del ACS, Alessandro Monteduro, los ejemplos más dramáticos de este escenario. "Los 20 países que Ayuda a la Iglesia que Sufre evidencia como terroristas en los que las minorías cristianas sufren la persecución hospedan 4.000 millones de personas. Por consiguiente, la defensa de la libertad religiosa debería ser como nunca antes prioritaria en la agenda de las grandes potencias nacionales y de las instituciones supranacionales. Y todavía hoy ello no es así", agregó.
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