La "miseria moral del nacionalismo vasco" es mostrada en el documental “Traidores”. Su director, que entrevistó a personas que pertenecieron al grupo armado separatista vasco ETA, entre ellos su padre, que luego renegaron y fueron perseguidas por ello. Desde niño Jon Viar (Bilbao, 1985) siempre vivió "la amargura de mi padre por participar en esa aberración, que fue ETA". Su padre, Iñaki Viar, psiquiatra y psicoanalista, perteneció a ETA, pasó ocho años en la cárcel, y tras la ley de amnistía en 1977 abandonó la militancia. Fue en la cárcel donde experimentó su catarsis personal, pues entró formando parte de ETA y salió condenando el terrorismo. "Luego se enfrentó mucho a ETA. Fue considerado un traidor", cuenta Jon Viar, que siempre pensó que "el testimonio de mi padre merecía ser contado". Con este documental "buscaba una catarsis o purificación y mostrar la miseria moral del nacionalismo vasco". Para su padre "abandonar el nacionalismo fue muy duro porque supuso distanciarse de su familia". Cree que esa herida "nunca la va a cerrar" porque "el sentimiento de culpa por haber contribuido a crear un monstruo no se puede borrar". En el documental también aparecen compañeros de militancia como Teo Uriarte, Jon Juaristi, Mikel Azurmendi y Ander Landaburu. "Se traspasó la línea de la sacralidad humana", "Nadie imaginó que cuando Franco murió, ETA empezó a matar más", "Descubro que ETA era muy similar a lo que había combatido", dicen los entrevistados.
Viar (segundo por la derecha) junto a algunos de sus compañeros |
En la cinta Jon Viar acompaña a su padre a la Bolsa de Bilbao, donde puso una bomba, y a la cárcel de Segovia, de la que intentó fugarse. El documental incluye grabaciones caseras como cortometrajes que el cineasta rodaba de adolescente en los que abordaba el terrorismo, así como material de archivo de algunos de los atentados más sangrientos de ETA.
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