En estos tiempos hemos visto como algo normal en los medios de comunicación, en los programas del corazón, cómo una mujer dice perrerías del padre de su hijo. A estas mujeres, cuenta la escritora Carmen Serrano, las hemos llamado madres, cuando, a lo sumo, solo son progenitoras. Han saltado por encima de los derechos de sus hijos. Lo que ha estado ocurriendo de forma habitual no puede convertirse en norma. No podemos claudicar y considerarlo como normal. En algunos medios de comunicación, en algunos programas, han hecho que a los niños y adolescentes que están formándose les parezca normal lo que ha venido siendo habitual. Hay una gran diferencia entre estas dos palabras.
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