Más de 1.420 millones de personas, entre ellas 450 millones de niños, viven en áreas de alta, o extremadamente alta vulnerabilidad hídrica. Esto significa que un niño de cada cinco en todo el mundo no tiene agua suficiente para satisfacer sus exigencias cotidianas. Lo indica el último estudio de Unicef en el ámbito de la iniciativa "Water Security for All”.
La creciente escasez de agua afecta a la salud de los niños. Cada día, más de 700 niños menores de cinco años mueren de diarrea debido a agua y servicios higiénicos no seguros, y escasa higiene.Cuando los niños enferman de diarrea, no pueden absorber los nutrientes que requieren para crecer. Con el tiempo esto puede llevar a un retraso del crecimiento y tener impacto irreversible en el desarrollo físico y mental de los niños. Unos 144 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo sufren retraso en el crecimiento."La crisis mundial del agua no está llegando, está aquí”,manifiesta la directora general de Unicef, Henrietta Fore.
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