El bitcoin es una moneda que no está respaldada por nada ni por nadie. No hay ningún Estado detrás, no hay reservas en oro, y es ese tipo de cosas que ya han ocurrido en el pasado. La gente acepta un tipo de monedas por emulación. Si te dan sellos de correos y puedes comprar cosas con ellos pues puedes usarlos. Y eso pasa con los Bitcoins, los siguen usando, los siguen aceptando, pero es un poco como aquello de los tulipanes de Holanda. En el momento que alguien quiera vender muchos Bitcoins y no le den el precio que pida yo creo que pueden dar un piñazo, manifiesta el físico y profesor Arturo Quirantes. Hay muchos intereses, es como cuando un periódico habla bien de un valor bursátil para levantarlo o al revés, pero eso mismo te da una idea de lo volátil que es el mercado del Bitcoin. No es como el oro o el petróleo, con un valor y una utilidad. El Bitcoin es que son bits que no se sabe bien cómo van a servir. Y están ahí, mientras dure, dura. Hace veinte años las punto.com estaban que lo petaban, y luego se hundieron, y se reorganizaron y las empresas de interés ganan dinero. Tú, cuenta Arturo Quirantes, antes tenías dinero en un banco y podías sacar y meter de manera tradicional, ahora parece que alentados con lo del Bitcoin, los bancos e incluso los gobiernos están pensando en hacer criptomonedas. Una cosa parecida al Bitcoin pero más regulado, con respaldo.
Añade Quirantes que el bitcoin lo creó supuestamente un japonés, según el cual tú para conseguir bitcoins lo pones a trabajar en programas matemáticos, de manera que es como si estuvieras trabajando en minería con un pico y una pala, y cuando el programa está resuelto te dan un bitcoin. Este era el esquema inicial. Está diseñado con una cantidad limitada de bitcoins, la mayoría están minados, y solo quedan unos pocos. Cuanto menos quedan más difícil es conseguirlos. Eso no es algo que sea necesario para una criptomoneda, es como se hizo el bitcoin, se podría haber hecho de otra forma. Lo que queda de minar de Bitcoin, como vale 46.000 euros a día de hoy, hay muchos alicientes en poner máquinas a trabajar, la tuya, la del vecino, la del trabajo. El Bitcoin no estaba diseñado para ser una moneda electrónica mundial. Fue creciendo, y está creciendo de tal manera que todas las máquinas que se usan para minar bitcoins gastan tanta energía como la que emplea Argentina. A lo mejor vives en un sitio donde la electricidad es barata y te interesa, pero a gran escala es una burrada medioambiental tremenda.
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