Las medidas contra el coronavirus no deben atentar contra los derechos humanos
La pandemia de Covid-19 afectó mayormente a los grupos oprimidos desde hace décadas por la desigualdad, violencia y negación de derechos. Lo denunció el Informe 2020-2021 de Amnesty International, que analiza la situación de los derechos humanos en 149 países. El documento subraya "los fracasos de los líderes globales cuando se trata de afrontar la pandemia, a través de políticas basadas en el oportunismo y el total desprecio por los derechos humanos”. Para la organización, la respuesta a la pandemia "fue nuevamente comprometida por dirigentes que aprovecharon despiadadamente la crisis y usaron el Covid-19 para atacar los derechos humanos”. "Los indicadores, investigaciones y análisis demuestran el freno en el progreso y tutela de los derechos humanos, y cómo la pandemia se usó deliberadamente para bloquear los derechos humanos de las poblaciones del mundo”, según Amnesty International. Amnesty denunció que dirigentes mundiales obstaculizaron el intento de organizar una recuperación colectiva, bloqueando o complicando la cooperación internacional.
En al menos 42 países, las autoridades vejaron e intimidaron a operadores sanitarios y trabajadores esenciales en el contexto de la pandemia, que "sufrieron las consecuencias de sistemas sanitarios deliberadamente desmantelados y de ridículas medidas de protección social”. En lo que concierne a las políticas de los dirigentes mundiales, un modelo constante de 2020 fue la adopción de leyes para criminalizar las críticas relativas a la pandemia. En China, el gobierno de Xi Jinping en Hong Kong "hizo entrar en vigencia una ley de contenidos vagos y genéricos para legitimar la represión política”. Pekín además "censuró y persiguió a los operadores sanitarios y periodistas que habían intentado lanzar un alerta rápida sobre el virus, suprimiendo así informaciones cruciales”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario