Pericles dijo aquella célebre arenga dirigida a los guerreros atenienses que batallaban en las guerras del Peloponeso: “La libertad que disfrutamos en nuestro gobierno se extiende también a la vida ordinaria, donde, lejos de ofrecer celosa vigilancia sobre todos y cada uno, no sentimos cólera porque nuestro vecino haga lo que desee” (Tucídides, Historia de la guerra del Peloponeso, II 37).
Discurso fúnebre de Pericles |
En el mundo clásico occidental rondaba perennemente la idea de libertad como camino a la felicidad plena nos da buena cuenta el historiador Tucídides (460-396 a. C.) al reflejar, en el contexto de las guerras del Peloponeso, el célebre discurso fúnebre de Pericles a los atenienses, donde ponía en boca del glorioso estratega la frase que todavía hoy resulta ser frontispicio de cualquier tratado sobre la idea de libertad: “juzgando que la felicidad es el fruto de la libertad y que la libertad es el fruto de la bravura, nunca declinéis la exaltación de sus valores”.
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