El documental "El dilema de las redes sociales", se estrenó en febrero de 2020 en el Festival de Cine de Sundance y ahora está en el catálogo de Netflix. Según el documental, experiencias digitales como recomendaciones automáticas, notificaciones y publicaciones sugeridas, funcionarían como un cebo que es lanzado miles de millones de veces al día por las aplicaciones más populares. El objetivo sería acaparar el tiempo de las personas, una moneda valiosa para empresas, políticos, organizaciones o países que quieran vender productos o ideas a audiencias vulnerables e hipersegmentadas.
Según los entrevistados se gana dinero con el tiempo. Cuantas más horas pasa un usuario conectado a sus redes sociales, más información detallada sobre hábitos, gustos y características de consumo acaba exponiendo. Estos datos son recopilados y organizados mediante algoritmos que analizan los tiempos de lectura y la exposición a las imágenes, y alimentan enormes servidores. Luego, se ofrece información sobre los usuarios a los clientes, desde marcas de cosméticos y universidades hasta políticos y gobiernos, que pagan millones de dólares por mostrar productos o ideas a audiencias que estén dispuestas a participar.
En "El dilema de la redes sociales", describe las herramientas que se crean para mantener a los usuarios "distraídos" mientras los anunciantes ganan dinero. Una de las más claras sería el desplazamiento automático, una estrategia desarrollada para que la experiencia de red no tenga fin y el usuario permanezca conectado. Las notificaciones, a su vez, se describen como una de las herramientas más eficaces para atraer a los que están fuera y mantener a los que ya están conectados. La dinámica de "me gusta" y comentarios con elogios o críticas se estimularía para manipular y hacer dependientes a los usuarios.
Los entrevistados describen métodos para manipular las emociones a través de la dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer, la alegría y el bienestar. Mediante sistemas de "recompensa inmediata", como los "me gusta" o los comentarios positivos, las redes sociales habrían creado métodos de navegación capaces de estimular la circulación de la dopamina a niveles sin precedentes.
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