martes, 19 de octubre de 2021

Hablando de la economía china

Deng Xiaoping

En 1978 Deng Xiaoping, a quien se le atribuye una frase memorable: “No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”, inició el difícil viraje de la economía china, desde un socialismo absolutamente planificado a una especie de capitalismo teledirigido por el estado. Xiaponing puso fin a la época oscura protagonizada por Zedong. La principal herencia de Mao Zedong es conocida de sobra, el hambre se cobró la vida de millones de personas. Deng Xiaoping asumió que la única forma de reactivar la economía china pasaba por la progresiva liberalización y la apertura al exterior. En apenas una década (de 1978 a 1989), el mandatario sentó las bases para convertir a China en la mayor fábrica del planeta.Los sucesores de Xioping avanzaron por la misma senda, adelgazando el sector público y volcando en las exportaciones casi todo el peso del PIB. Como resalta el economista Branko Milanovic en su libro 'Capitalismo, nada más', en 1978 las empresas estatales copaban casi el 100% de la producción industrial. En 1998, la cuota había descendido hasta la mitad y hoy día ronda ya el 20%.


No hay otra economía en el mundo que haya crecido tanto en tan poco tiempo. Sin embargo, la excesiva dependencia del sector exterior,con los riesgos de contagio que conlleva, y la desigualdad galopante llevó a los gobernantes chinos a potenciar la demanda interna, el consumo de los hogares, con el objetivo de ensanchar la clase media. Muchos analistas advertían ya del nacimiento de burbujas. Los protagonistas de las burbujas eran empresas que habían aprovechado un marco político y financiero favorable para crecer a base de deuda."Al poner restricciones al endeudamiento, el Gobierno limitó el acceso a los mercados. Empresas como Evergrande se vieron sin posibilidades de acceder como antes a la financiación",explica Mario Esteban, investigador principal del área Asia-Pacífico del Real Instituto Elcano. "Después de una década implantando una política no intervencionista en estos sectores, China cambió las prioridades: de buscar el crecimiento a toda costa, a potenciar otro tipo de crecimiento, equilibrado y buscando la igualdad social", señala un informe sobre la economía china de BBVA Research. Lo que menos necesita China es un alboroto social, ahora que el país está viendo desarrollarse una nueva clase media 

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