Uno de los datos que destacan desde la Fundación Española para la Prevención del Suicidio es que este se ha convertido en la principal causa de muerte entre los jóvenes de 15 y 29 años, superando las defunciones por tumores o accidentes de tráfico. Galicia y Asturias son las comunidades autónomas que registran una mayor tasa de suicidios por cada cien mil habitantes.
El psiquiatra Pablo Martínez explica que “vivimos en una sociedad que genera, entre otros, dos tóxicos existenciales de efectos letales: el vacío y la desesperanza. Ahí tenemos un gran caldo de cultivo para el suicidio”. Existe, dice el psiquiatra “una relación estrecha entre desesperanza y desesperación”, y en esas circunstancias “el suicidio viene a ser una respuesta extrema cuando uno siente en lo más hondo de su corazón que todo es ‘vanidad de vanidades’. Si detectamos los primeros truenos de la tormenta, hay dos cosas que podemos hacer: acompañar y escuchar. Estas son las dos mayores necesidades del ser humano en momentos de crisis, sentirse acompañado y sentirse comprendido a través de una escucha empática. No olvidemos el valor balsámico de las palabras como tan bien nos señala el libro de los Proverbios:‘La palabra dicha a su tiempo, ¡cuán buena es!’”.
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