El informe SOFI 2021,está elaborado por cinco agencias de Naciones Unidas. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). El informe indica que en 2020 padecieron hambre de 720 a 811 millones de personas. Si se toma el punto medio del rango estimado (768 millones), en 2020 sufrieron hambre unos 118 millones de personas más que en 2019 y un máximo de 161 millones de personas. En 2020, casi 2.370 millones de personas carecieron de acceso a alimentos adecuados, lo que representa un incremento de 320 millones de personas en solo un año. Las estimaciones indican que, si no se actúa para invertir la tendencia y continuamos igual, 660 millones de personas vivirán en hambruna en el 2030.
En el informe se indican seis vías para abordar la inseguridad alimentaria y la desnutrición: 1- La integración de las políticas humanitarias, de desarrollo y de construcción de la paz en las zonas afectadas por conflictos; asimismo. 2- Aumentar la resiliencia climática en los sistemas alimentarios. 3- Fortalecer la resiliencia económica de los más vulnerables. 4- Intervenir en las cadenas de suministro de alimentos para reducir el coste de los alimentos nutritivos. 5- Abordar la pobreza y las desigualdades estructurales, asegurando que las intervenciones sean inclusivas. 6- Fortalecer los entornos alimentarios y cambiar el comportamiento de los consumidores para promover patrones alimentarios con impactos positivos en la salud humana y el medio ambiente.
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