jueves, 25 de marzo de 2021

Francia quiere una coexistencia entre la libertad de culto y los principios del laicismo

Asamblea Nacional de Francia

Francia quiere una coexistencia entre la libertad de culto y los principios del laicismo con una ley que la Asamblea Nacional comenzará a debatir en enero de 2021 y que, lejos de definir la cuestión dentro de la frontera gala, se perfila como un documento que podría marcar la línea de acción de otros estados miembros de la Unión Europea.  El texto, que el primer ministro Jean Castex ha definido como de “emancipación ante el fundamentalismo religioso”, busca “garantizar el libre ejercicio del culto” y el “respeto de los principios republicanos”, según el Elíseo. Entre otras cosas, la ley obliga a los empleados de empresas subcontratadas por el sector público a no manifestar su afiliación religiosa (llevando velo, por ejemplo). También contempla que las entidades que quieran beneficiarse de una subvención tengan que firmar un documento sobre igualdad de género y comprometiéndose a respetar los “valores republicanos”, penaliza los certificados de virginidad y anuncia un refuerzo de los controles para impedir matrimonios forzados y la poligamia, entre otras cuestiones.



Entre 2017 y 2019 la Europol ha contabilizado 78 ataques o intentos de ataque yihadista en la Unión Europea. Además, según su informe, la vinculación con el terrorismo yihadista es la que ha provocado más detenciones en el territorio entre 2015 y 2019, con hasta 3.057 arrestos. “En 2019, cerca del 60% de los atacantes yihadistas tenían la nacionalidad del país donde se produjo el ataque”, explica Europol. “Cerca del 70% de los terroristas eran jóvenes adultos, con edades entre los 20 y los 28 años, y el 85% eran hombres”.



Aunque algunos países de la Unión Europea ya han adoptado medidas estrictas contra el islamismo radical, como la prohibición de que las mezquitas reciban financiación exterior, los últimos ataques de reivindicación yihadista en Francia y Austria han vuelto a endurecer el discurso. Y por ambas partes. Las declaraciones de Macron y Kurz a favor de combatir el “separatismo islámico” y el “islam político” han provocado toda una ola de manifestaciones en países donde la mayoría de la población es musulmana, pidiendo el boicot a los productos franceses e increpando al presidente de Francia.

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