Con millones de cámaras y miles de millones de líneas de código, China está construyendo un futuro autoritario de alta tecnología. Pekín está acogiendo tecnologías como el reconocimiento facial y la inteligencia artificial para identificar y monitorear a 1.400 millones de personas. El país busca montar un inmenso sistema de vigilancia nacional con la ayuda crucial de su floreciente industria tecnológica. China está invalidando la visión común de que la tecnología es una gran democratizadora que da más libertad a las personas y las conecta con el mundo. En China, ha derivado en control.
En China, hasta la percepción de la vigilancia puede mantener a la población bajo control. El software invasivo de vigilancia masiva se ha instalado en el occidente del país para rastrear a miembros de la minoría musulmana de la etnia uigur y para mapear sus relaciones con amigos y familiares, de acuerdo con software al que tuvo acceso New York Times. “Esta es posiblemente una manera completamente nueva para que el gobierno maneje la economía y la sociedad”, opina Martin Chorzempa, investigador del Instituto Peterson de Economía Internacional. “La meta es tener una forma algorítmica de ejercer el gobierno”, añade.
Escribe Paul Mozur en New York Times que la nueva estrategia de vigilancia en China se basa en una idea antigua. Solo una autoridad fuerte puede traer el orden a un país turbulento. Mao Zedong llevó esa filosofía a extremos devastadores, pues su mandato vertical produjo hambruna y después la Revolución Cultural. Sus sucesores también anhelaban el orden, pero temían las consecuencias de un régimen totalitario. Formaron un nuevo acuerdo con el pueblo chino. A cambio de la impotencia política, en esencia se dejaría a las personas en paz y se les permitiría hacerse ricas.Y funcionó. La censura y la fuerza policial mantuvieron su poder, pero la gente de China encontró aún más libertad. Esa nueva actitud sirvió para dar inicio a décadas de un veloz crecimiento económico. En la actualidad, ese acuerdo no escrito se está desmoronando.
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