El gobierno de China no solo brinda ayuda económica, sino también verdaderas directrices para mantener el control y reprimir cualquier forma de disidencia en Internet, bloqueando la aparición de temas y noticias. Un nuevo decreto publicado por el gobierno camboyano, e impulsado por el primer ministro Hun Sen, pretende "facilitar y gestionar" el flujo de noticias y tráfico en la red con el objetivo de "proteger la seguridad nacional y mantener el orden social". Los activistas y las ONGs pro derechos humanos han definido esta ley como una violación de la privacidad, la libertad de expresión y la protección de los datos personales. La medida del Ejecutivo ha acaparado la atención de la opinión pública, ya que sanciona la creación de una gateway siguiendo el modelo chino, con el objetivo de controlar y monitorear la actividad en Internet. El decreto pretende favorecer la restricción de las conexiones para "preservar el orden social" en Camboya. Los operadores de las "puertas de acceso" de la información y el tráfico, dice, ayudarán a las autoridades con "medidas orientadas a prevenir y desconectar" las redes que "afecten la renta nacional, la seguridad, la moral, la cultura, las tradiciones y las costumbres". En las últimas semanas, el gobierno de Phnom Penh y el primer ministro Hun Sen recibieron críticas internacionales por la campaña de represión que ha "diezmado" el campo de la oposición, reforzando"el monopolio del partido" mediante "acusaciones y procesos judiciales contra posibles rivales”.
Los analistas y expertos subrayan que la gateway de Camboya se inspira en la que China utiliza desde hace años. China es el principal aliado de Camboya en la región de Asia-Pacífico y, con creciente fuerza, está sustituyendo a los Estados Unidos y a la Unión Europea en el frente comercial. El lazo entre los dos países se centra en la economía, en detrimento de los derechos y las libertades, en un contexto en el que el nuevo coronavirus ya había fomentado una mayor vigilancia sobre la esfera privada. Y en lo que al Covid-19 se refiere, hay que destacar que el mismo Hun Sen dedicó gran parte del año pasado a mantener la amistad con Beijing, cuando el alcance de la pandemia aún no era evidente, pero sí los peligros que esto implicaba para la salud pública.
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