martes, 9 de marzo de 2021

El lugar donde no hay nada que perder


“El Padre ofrece más de lo que se supone que un hombre al que se le ha ofendido puede dar; se da a sí mismo sin reservas. Los dos hijos lo son todo para él. Desea entregarles toda su vida……Para llegar a ser como el Padre, tengo que ser tan generoso como Él. Así como el Padre se da a sus hijos por entero, así yo tengo que darme por entero a mis hermanos y hermanas…Cada vez que avanzo un paso hacia la generosidad, sé que me muevo del miedo al amor. Pero al principio estos pasos son duros de dar porque hay demasiadas emociones y sentimientos que me retienen…..En esta paternidad espiritual hay un terrible vacío. No hay poder, ni éxito, ni fama, ni satisfacción fácil. Pero ese mismo vacío es el lugar de la verdadera libertad. Es el lugar donde no hay nada que perder, donde el amor no tiene ligaduras y donde puede encontrarse la verdadera fuerza espiritual”.(El regreso del hijo pródigo de Henri J. M. Nouwen).

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