El acontecimiento político más importante del siglo XX fue el enfrentamiento entre regímenes democráticos y regímenes totalitarios, en el que los segundos pretendían corregir los defectos de los primeros. Este conflicto, responsable de la Segunda Guerra Mundial, de unos sesenta millones de muertos y de infinitos sufrimientos, concluyó con la victoria de la democracia. Se venció al nazismo en 1945, y el hundimiento del comunismo data de noviembre de 1989, con la caída del muro de Berlín, que simboliza el desenlace. Es inconcebible que en un futuro próximo resurja la amenaza totalitaria. Es cierto que algunos países del mundo siguen reivindicando la ideología comunista, pero ya no nos parecen una amenaza, sino anacronismos que seguramente no sobrevivirán mucho tiempo.
Tzvetan Todorov opina que el populismo actual no supone el resurgimiento del fascismo, y todavía menos del nazismo. Su sentido histórico es otro. Su actual ascenso muestra que por fin se ha pasado una importante página de la historia del siglo XX. El ciclo que inició la Primera Guerra Mundial y que cerró la caída del muro de Berlín, que vivió el florecimiento y después el hundimiento de la utopía comunista, la toma del poder por parte de regímenes fascistas y nazis, y su posterior desaparición, ese ciclo que colocó en la palestra los totalitarismos y las democracias ha concluido en la actualidad.
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