Eduardo Verástegui publicó en su perfil de Facebook un artículo donde muestra su esperanza de que el muro construido en la frontera con Estados Unidos pueda servir de contención a la esclavitud sexual y a la explotación infantil. En su opinión, "un muro sin puertas es cárcel, pero si las tiene puede significar progreso y orden. Si desvestimos al muro de su disfraz político y lo humanizamos quizá podamos ver sus ventajas". Una de ellas es que sirva de muro de contención al comercio de personas.

Según los datos de Unicef que menciona Verástegui, en
todo el mundo 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años son víctimas de la explotación sexual. "Hay que ponerse en los zapatos del niño emigrante que viene desde Centroamérica con una maletita llena de sueños que mientras van avanzando hacia los Estados Unidos se van convirtiendo poco a poco en terribles pesadillas”. "Unos mueren en el camino, otros son destrozados para tráfico de órganos, otros sufren violencia sexual y otros son secuestrados por traficantes de trata de menores".
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