Mahmud I |
En 1732, Ibrahim Müteferrika, un funcionario otomano de origen cristiano nacido en Transilvania, presentó al sultán Mahmud I sus Bases racionales de la política de las naciones, donde planteaba la cuestión que atormentaría a los musulmanes desde entonces: “¿Por qué las naciones cristianas, que fueron tan débiles en el pasado en comparación con las naciones musulmanas, empezaron en los tiempos modernos a dominar tantos territorios e incluso a derrotar a los antaño victoriosos ejércitos otomanos?”.
La respuesta de Müteferrika era muy amplia |
La respuesta de Müteferrika era muy amplia. Aludía al sistema parlamentario de Inglaterra y Holanda, a la expansión cristiana en América y Extremo Oriente, y hasta mencionaba que, mientras que el Imperio otomano estaba sujeto a la ley de la sharía, los europeos tenían leyes y reglas inventadas por la razón. Pero era sobre todo la brecha militar la que había que salvar. “Que los musulmanes actúen con previsión y pasen a estar íntimamente familiarizados con los nuevos métodos, la organización, la estrategia, la táctica y la guerra europeas… Todos los sabios del mundo convienen en que el pueblo de Turquía supera a todos los demás pueblos en su naturaleza de aceptar el gobierno y el orden. Si aprenden las nuevas ciencias militares y son capaces de aplicarlas, ningún enemigo podrá resistir a este Estado". El mensaje estaba claro, el Imperio otomano tenía que adherirse tanto a la revolución científica como a la Ilustración si pretendía resultar creíble como gran potencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario