Tolkien |
Cuenta Joseph Pearce que Tolkien creía que la historia humana, arraigada en un mundo caído, estaba destinada a ser poco más que una sucesión de derrotas y decepciones, y que incluso las victorias tenían sombras de una pérdida irreparable. Pero la historia es temporal, está tan encerrada en el tiempo como arraigada en la Caída, y en sí misma no es más que una sombra de la eternidad. Más allá de las derrotas de nuestra historia existe siempre la esperanza de la alegría eterna. “Soy, en efecto, cristiano, y apostólico romano por lo demás, escribió en 1956, poco después de la publicación de El Señor de los Anillos, de modo que no espero que la “historia” sea otra cosa que una “larga derrota”, aunque contenga (y en una leyenda puede contener más clara y conmovedoramente) algunas muestras o atisbos de victoria final.”
Caída del hombre. |
Según la visión católica de Tolkien, “éste es un mundo caído y el hombre es imperfecto… una aceptación cristiana de la Caída del Hombre lleva inevitablemente a la idea de que la imperfección es el estado de las cosas de este mundo, y de que las acciones humanas, por grande que sea su esperanza, no pueden elevarse por encima de ella”.
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