lunes, 25 de julio de 2016

El temor y la codicia son lo que mueve el dinero.

En realidad el temor y, en menor grado, la codicia son lo que mueve el dinero.

Es curioso como vemos en los periódicos que las grandes empresas buscan rentas y salir de situaciones económicas desastrosas mediante procesos políticos que les ayudan a expensas de los demás.

El ultimo ejemplo es el del grupo Abengoa que considera que el actual Gobierno  ha sido el desencadenante de los apuros financieros que han provocado que la sociedad entrase en preconcurso de acreedores, según aseguran a EL MUNDO fuentes de la sociedad.

La búsqueda de rentas asume muchas formas: transferencias y subvenciones ocultas y públicas por parte del gobierno, leyes que hacen menos competitivos los mercados, una aplicación laxa de las vigentes leyes sobre la competencia y unos estatutos que permiten a las grandes empresas aprovecharse de los demás, o trasladar sus costes al resto de la sociedad.

Michael Lewis nos cuenta el siguiente caso en donde vemos quien es en realidad el que termina pagando las malas inversiones:¿quién salió malparado, además de mi alemán? Es una cuestión importante, porque esto explica la indiferencia con que se contemplan los desastres en los bancos de inversión. El banco alemán había perdido sesenta mil dólares. Los accionistas del banco, el gobierno austríaco, eran, por tanto, los perdedores. Y yendo un poco más lejos, el perdedor era el contribuyente austríaco. Pero, comparado con los activos globales de la nación, sesenta mil dólares era una suma irrisoria. En otras palabras, resultaba difícil sentir compasión por nadie que no fuera el autor de la operación. Y él era, en parte, responsable.

Bancos de Inversión
El principio que guía a los grandes Bancos de Inversión son fundamentalmente dos según Michael Lewis:

1-A falta de un eufemismo para lo que hacíamos con el dinero de otros, lo llamábamos arbitraje, que no era más que una simple ofuscación. Arbitraje significa “operar sin riesgos para obtener beneficios”. Nuestros inversores siempre corrían riesgos; “acto telefónico” habría sido tan adecuado como “arbitraje”.

2-El principio que guiaba al banco de inversión en el departamento de relaciones con los clientes, entonces todo estaba repentinamente claro. ¡Jodedles, porque acabarán por olvidarlo!

Pero todo esto no importa ya que el dinero da la nobleza que no les da la cuna.(“El señor de Castilla” de Blas Malo)

las vigentes leyes sobre la competencia y unos estatutos que permiten a las grandes empresas aprovecharse de los demás, o trasladar sus costes al resto de la sociedad.


las grandes empresas buscan rentas y salir de situaciones económicas desastrosas mediante procesos políticos que les ayudan a expensas de los demás.




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