El peor analfabeto es el analfabeto político, escribió Bertolt Brecht, no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de las alubias, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos, que es el político corrupto.
Y hablando de corrupción, Jaime Botín publicó un artículo en el diario El País titulado “Moral católica”, en el que criticaba el colapso ético de una sociedad a la que no importa la corrupción. “Lo peor no es que, ocupado en defenderse, el Gobierno no funcione, que desaparezcan las ayudas a la cultura, a la educación o a la investigación, que los ministros del Gobierno digan tonterías sin orden ni concierto, que asistamos a la aniquilación de la iniciativa y a la ruina de la clase media, que aumente el paro. Hay algo mucho peor, que es el ejemplo”. Incluso se atrevía a escribir sobre el rey emérito que no es suficiente decir “me equivoqué”, justo lo que dijo el monarca cuando abandonó el hospital tras ser operado de una cadera al sufrir un accidente mientras cazaba elefantes en Bostwana.
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| Jaime Botín. |
Unas semanas después de la publicación del artículo anteriormente referido, la Comisión Nacional del Mercado de Valores pidió al Ministerio de Economía que sancionara a Jaime Botín, al que en su día fue presidente de Bankinter, por esconder una elevada participación de la entidad en cuentas suizas.
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