A mediados de septiembre de 2.008, la quiebra de Lehman Brothers Holdings, el cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos, desencadenó el pánico financiero más grave en un siglo. Lehman había sido un comprador agresivo de valores relacionados con hipotecas, usando el dinero obtenido de préstamos a corto plazo; sus activos tenían treinta veces el valor de su capital. Lehman fue muy rentable durante los años de la burbuja debido a su alto nivel de apalancamiento y su postura agresiva hacia los riesgos. Las tasas de beneficios para los inversionistas (los propietarios individuales, los promotores inmobiliarios, y las firmas financieras) que están fuertemente apalancados son muy altas, siempre y cuando los precios inmobiliarios aumenten. La paradoja es que el apalancamiento de algunos de estos inversores puede disminuir, incluso mientras aumenta su endeudamiento, ya que su patrimonio neto aumenta de manera aún más rápida.
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Verano de 2.008 |
Cuando los precios inmobiliarios se redujeron en el verano de 2.008, Lehman se vio sujeto a dos corridas bancarias; los inversores y fondos de inversión vendieron sus acciones, tanto aquellas de las que eran propietarios como las que podían pedir prestadas, y los propietarios de pagarés de Lehman se mostraron reacios a renovar sus préstamos a la empresa a medida que vencían. Ambos grupos se mostraron preocupados por el hecho de que Lehman parecía lento en la obtención de capital para contrarrestar la disminución de su valor neto por la caída en el valor de sus valores relacionados con hipotecas.
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Los mercados de crédito se congelaron, la liquidez desapareció. |

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