Alejandro Casona |
Ricardo:¿Y si tú mismo lo confiesas, qué vienes a buscar ahora? Yo estoy libre de culpa.
Caballero de Negro: Ahí es donde te equivocas. No has matado, de acuerdo. Pero has querido matar. Y para mí esa es la verdad que vale. También te dije aquel día que el hecho material no me importaba. Mi único mundo es el de la voluntad……………..
Ricardo. (Piensa un momento). ¿Qué dice ese contrato?
Caballero de Negro. Pocas palabras, pero claras. «Ricardo Jordán se compromete a matar a un hombre».
Ricardo. Sin sangre.
Caballero de Negro. Sin sangre.
La mejor manera de liquidar un contrato es cumplirlo |
Caballero de Negro. (Le mira sorprendido). ¿A quién?
Ricardo. Al mismo que firmó ese papel. ¿Recuerdas el día que llegaste a mi despacho? Allí encontraste a un cobarde dispuesto a cualquier crimen con tal de no presenciarlo. Un cómodo traficante del sudor ajeno. Un hombre capaz de arrojar al mar cosechas enteras sin pensar en el hambre de los que las producen. Contra ese estoy luchando desde que llegué aquí; contra ese lucharé ya toda mi vida. Y el día que no quede en mi alma ni un solo rastro de lo que fui, ese día Ricardo Jordán habrá matado a Ricardo Jordán. ¡Sin sangre!
(El diablo baja la cabeza confuso).
Ricardo. Ya estamos los dos en el mundo de la voluntad. No lo esperabas, ¿verdad…?
Ella. |
Ricardo. Ella. Hasta que no llegué a esta casa no supe de verdad lo que es una casa. Hasta que no conocí a Estela no supe de verdad lo que es una mujer.
Caballero de Negro. Me lo temía. El amor… Siempre se me olvida ese pequeño detalle, y siempre es el que me hace perder.
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